¿Desde cuando existen los sellos postales?

En el siglo XVIII durante la consolidación y centralización de los estados nacionales se impuso la creación de un monopolio estatal para los servicios de correo, de acuerdo a lo que cada nación establecía. Así se favoreció el aumento de intercambios y relaciones entre estados se generó un notable incremento de la correspondencia e incluso, el interés por el correo en el interior de los países. Pero este creciente interés por el correo, entraba en conflicto con las tarifas que, siendo diferentes en cada estado, se complicaba aún más de acuerdo al peso y la localidad en dónde había sido expedida (según fuese o no una sede postal). Esta situación motivó la creación de los sellos postales. Si bien pueden citarse como antecedente alguna experiencia en la Francia de Luis XIV, el sistema fue implementado efectivamente por primera vez en Gran Bretaña gracias a la reforma del sistema postal que alentó la iniciativa de Rowland Hill.

Una de las propuestas fundamentales de Rowland Hill era la de hacer pagar al remitente el franqueo de la correspondencia que hasta entonces era abonado por el destinatario. Con el fin de acreditar que el franqueo ya había sido pagado, el remitente debía pegar sobre la carta (o cualquier otro objeto que expidiese) sellos por el valor del importe que se hubiera abonado de acuerdo a las tarifas postales.

Los primeros países en adoptar sellos de correo después de Inglaterra fueron: los cantones de Ginebra y Zurich, Brasil (1843); el cantón de Basilea y los EEUU (1845); las islas Mauricio y Trinidad (1849) y Bélgica, Baviera y Francia (1850).

La expansión de los servicios postales recién llegó a ser universal en la segunda mitad del siglo XIX a través de la celebración de acuerdos plurilaterales por medio de los cuales los estados acordaron un régimen de reciprocidad a fin de entregar la correspondencia dirigida a cualquier lugar del propio territorio y proveniente de lugares o localidades del otro Estado, siempre que estuviera debidamente franqueada.